top of page

Testimonios de pacientes sobre su experiencia al asistir a terapias psicológicas

"Nos suele costar dar el primer paso para ir a terapia. En mi caso fue por el qué dirán y el pensar que nadie me podría ayudar. ¿Para qué?, lo mío no tenía solución. Me sentía tan triste y vacía que pensaba que nadie me podrían ayudar. Hasta que un día algo en mi hizo "click" y decidí probar suerte. 

Ahora de lo que más me arrepiento es de no haber ido a terapia antes, mucho antes.

Yo encontré a alguien. Una psicóloga que me ayudó a gestionar mis emociones; mis miedos, el vacío, mi tristeza, mi desesperanza, etc.

Ella tenía las herramientas que a mí me faltaban y que ni familia, ni amigos, ni nadie me podían dar.

Y al final era como ir al colegio a aprender. Y yo tenía mucho que aprender. Era hasta intrigante el ver como siempre había una respuesta, una solución, una herramienta para resolver o manejar eso que para mí era tan complejo o imposible de solucionar.

Y escuché, aprendí y lo que es fundamental, hice los deberes, me esforcé mucho, porque por mucho que te den la llave para cambiar y tú al llegar a casa la metes en un cajón y no pones las herramientas en práctica, la terapia no sirve de nada".

-Anónimo

"Mi terapia comenzó después del fallecimiento de mi madre, comencé a sentir que la tristeza se había apoderado de mi y no sentirme yo. Inicialmente no confiaba ni en la terapia ni el proceso, porque ¿Cómo alguien que no me conoce va a entender cómo ayudarme?. No obstante, seguí los pasos y pautas que la psicóloga me daba en cada sesión como si de una disciplina deportiva se tratara, a veces sin entender cómo aquello me ayudaría. Poco a poco me fui encontrando mejor, aceptando realmente temas a trabajar en mi misma y sintiéndome más fuerte en la situaciones cotidianas y con ganas de entenderme mejor para optar por conductas y pensamientos que me ayuden a superar mi perdida."

-Anónimo

"Ahora que miro hacia atrás y recuerdo como me sentía cuando empecé la terapia, me dan escalofríos. Vivía en una pesadilla, completamente encerrada en mis pensamientos, dándole mil vueltas a todo, cualquier situación de la vida diaria era un mundo para mi.

Vivía con ansiedad, con un nudo en el estomago, mi mente y mis pensamientos pesimistas no me dejaban estar tranquila, me sentía atrapada en un túnel sin salida. Puse todas mis esperanzas en esta terapia, no podía seguir así.

Mis terapias fueron como ver una luz al final del túnel. Por supuesto, no fue fácil salir completamente de ese túnel, hubo muchos altibajos. Uno de mis mayores miedos era quedarme sola, creía firmemente que nunca llegaría esa persona para mi, que estaba condenada, que no era lo suficientemente buena como para que me ocurriese algo tan bonito como ser madre o formar una familia. 

Hoy vivo esa vida que para mi era inalcanzable, conocí al amor de mi vida y tenemos una niña de 14 meses. Cuando estas en una situación de depresión/ansiedad es difícil creer que hay salida, que somos capaces de todo aquello que nos da miedo y que nos bloquea.

-Anónimo

bottom of page