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¿Qué es un Duelo?

El duelo es un proceso muy duro por el que todos tenemos que pasar tras la pérdida de un ser querido, sin embargo, es un proceso natural que nos ayuda a entender que la persona que hemos perdido era alguien muy importante en nuestra vida, que cumplía una función especial y que seguir adelante sin su presencia va a ser algo realmente difícil. 

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Entender esto nos va a llevar tiempo que transitaremos pasando por una serie de etapas o fases que nos ayuden a encajar la nueva situación, tenemos que elaborar cómo reestablecemos nuestra vida sin ellos, cómo recomponer todo a partir de ahora. 

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Si bien la terapia psicológica, al igual que cualquier otro tipo de tratamiento, no puede evitar que sintamos dolor cuando vivimos estos acontecimientos, si nos ofrece un respaldo, acompañamiento y dirección a través de diversas técnicas, que cumplen el propósito de transitar el proceso con menor sufrimiento y, sobre todo, nos ayudan a poder encauzar y normalizar (hacer funcional) nuestra vida.

Tipos de Duelos

Existen varios tipos de duelo pero lo que estos tienen en común es el sentimiento de dolor y pérdida, en el cuál cada persona lo denomina según su personalidad. 

Los tipos de duelos más comunes son:

  • Duelo anticipado. Ocurre antes de producirse la pérdida, por ejemplo cuando la muerte de un ser querido no se produce de manera inesperada.

  • Duelo retrasado. Muchas veces las personas al encontrarse en una perdida inesperada, generan un bloqueo el cual no les permite procesar el sentimiento al instante, si no hasta después de un tiempo, un ejemplo son las personas que se encargan de los procesos legales de su difunto, al encontrarse en esta situación no se enfocan en la realidad.

  • Duelo crónico. Son aquellas personas que les ha sido más difícil superar la perdida y se cierran en el acontecimiento sin importar si eso fue hace mucho tiempo ya que sigue doliendo como si fuera reciente.

  • Duelo ambiguo.  Esta puede relacionarse a esas personas que han sufrido una perdida no resuelta, las cuales puede ser a causa de padecer con algún ser querido una enfermedad neurodegenerativa o personas desaparecidas.

¿Cuáles son las fases del duelo para superar una muerte?

Un duelo tras una muerte supone pasar por emociones dolorosas que constituyen las diferentes etapas o fases del duelo, pero estas emociones no se presentan de forma ordenada y muchas veces aparecen mezcladas unas con otras.

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Para que puedas conocerlas te contamos cómo podemos sentirnos cuando pasamos por cada una de esas etapas: â€‹

Negación: la persona no acepta la muerte, puede entrar en estado de shock y sentir la sensación de que está viviendo un sueño o pensar que la persona va a aparecer en cualquier momento, puede haber una cierta sensación de irrealidad y las emociones se pueden bloquear. En esta etapa pueden aparecer síntomas de ansiedad como mareos, hiperventilación o insomnio y si la ansiedad llega a ser extrema pueden incluso producirse ataques de ansiedad.

Culpa: la persona puede sentirse culpable por la muerte del otro o sufrir por “no haber hecho lo suficiente” o “por no haberse portado bien con el otro”, por ejemplo, sintiéndose culpable por haber provocado una discusión.

Rabia: Los sentimientos de frustración y de rabia cuando se produce una muerte son naturales, y es necesario hacer consciente esta emoción para no transformarla en rabia hacia nosotros mismos pues es cuando surge la culpa patológica. 

Desesperanza: en esta etapa la emoción principal es la tristeza al hacerse consciente de la pérdida. Este dolor nos hace conectar con un sentimiento profundo de soledad y vacío y podemos llegar a tener la sensación de que sin el otro no podemos vivir. 

​Aceptación: cuando aceptamos la muerte es cuando podemos empezar a rehacer la vida. Cuando aceptamos que la otra persona ya no está no quiere decir que ya no nos duela o no la echemos de menos. Aprendemos a vivir si ella, aunque siempre nos quedará su recuerdo.

Superar una muerte a través de la terapia psicológica del duelo

Aunque el dolor que conlleva la muerte de un ser querido es inevitable, un psicólogo puede aligerar la carga del sufrimiento y guiar a la persona en la elaboración del duelo, previniendo o resolviendo un duelo patológico o complicado.

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La terapia psicológica para el tratamiento del duelo nos ayuda a manejar la ansiedad, la culpa, la rabia o la tristeza que sobrevienen tras la muerte de un ser querido.

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En muchas ocasiones patologías como la depresión o los trastornos de ansiedad tienen su origen en un duelo mal elaborado.

Una de las partes más importantes del tratamiento en el duelo es ayudarte a realizar las tareas del duelo:

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  1. Aceptar la dura realidad tras la pérdida. En estos momentos iniciales todavía no nos podemos creer lo que ha pasado, es una etapa incierta incluso podemos llegar a sentir que no es real, que lo estamos soñando. Dependiendo de los casos, puede costarnos unas horas empezar a ser conscientes de ello y no es extraño hablar de forma incoherente, a veces como si el fallecido estuviera todavía con nosotros. Aquí, la tarea consiste en ayudarnos a aceptar la realidad de la pérdida, empezar a ser conscientes de lo que eso significa.

  2. Elaborar las emociones y el dolor. De manera errónea, muchas veces intentamos tapar el dolor porque nos resulta insoportable, creyendo así que pasará antes. En esta tarea del duelo lo que hacemos es permitirnos sentirlo, identificando las emociones que aparecen y expresándolas sin miedo. Tras una pérdida aparecen emociones y sentimientos muy intensos como rabia, tristeza, angustia, miedo, soledad, culpa. Es muy importante poder hablar de ellos para que no se queden atrapados en nuestro cuerpo. 

  3. Adaptarse a la vida sin nuestro ser querido. Es una tarea muy difícil para la que no estamos preparados hasta que no ha pasado un tiempo. Antes, hemos tenido que ser conscientes de nuestra realidad y haber elaborado todo lo que sentimos al respecto. Una vez realizadas estas tareas, nos habremos fortalecido un poco más para poder afrontar la vida sin nuestro ser querido ya que, en muchos casos, necesitaremos asumir responsabilidades o roles que eran ocupados por él o hacernos cargo de las tareas o funciones que realizaba. También es importante tener en cuenta que pueden perderse actividades o personas con las que antes nos relacionábamos y otras entrarán a formar parte de nuestra vida.

  4. Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. Recolocar a nuestro ser querido supone haber creado un lugar simbólico para él, desde el cual podamos continuar nuestra vida y llevar a cabo nuestro propósito con dignidad sin olvidarnos de él. Es una tarea compleja que se va forjando con el paso del tiempo y con el paso por las anteriores tareas. Si bien al principio esto puede parecernos imposible, con el paso del tiempo y ayuda podemos conseguirlo.

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- Todo duelo bloqueado se muestra en nuestro cuerpo como enfermedad.

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